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Quizá la última vez  

alondra069 25F
6 posts
8/3/2020 11:24 am
Quizá la última vez


Esa tarde me cogió como para que yo no quisiera ni pudiera irme de su lado, peor aún, hizo que me dieran ganas de serle fiel y no solo leal como a los anteriores , fiel de verdad , no una fidelidad tergiversada a mi conveniencia.

Me llevo a un hotel precioso con tintes<b> vintage </font></b>, la habitación estaba a media luz en tonos cálidos , al entrar me paseé para curiosear e ir a parar al baño .

Al salir me paré frente al espejo con marco dorado del lavamanos , me alcanzó ahí , se puso detrás de mi mientras me lavaba las manos y ahí comenzó a tocarme… como nunca , con la pasión que siempre había querido que lo hiciera; empezó apretándome los pechos por sobre la blusa de tirantes color vino , me besó el cuello, en seguida comencé a gemir, retorcerme , pegar mis nalgas hacia su cuerpo, gire el cuello para besarlo , giré completamente mi cuerpo para quedar de frente , sin dejar de besarme acercó su pelvis y la talló contra la mía , me jalo del pelo hacia atrás haciendo que me recargara en la base del lavabo, me sentí estremecer y se lo he dicho, con voz entrecortada y susurrante:

-Nunca me he sentido de nadie tanto como tuya…-

No lo dije como parte de la emoción del momento, no lo dije porque fuera una “frase plantilla” que utilizaba con varios, lo dije porque era verdad, porque él me hizo pequeñita y luego me hizo suya , no solo en ese momento, no solo esa semana , si no por meses enteros.

Levanté mis brazos y sacó mi blusa, se dirigió hacia una silla para acomodarla, la colocó con sumo cuidado y volvió a mí , lo alcancé y me tomó en sus brazos para cargarme hasta la cama.

Al estar recostada sacó mis pechos por encima de las copas del bra y los lamió apretándolos con fuerza. Suspire.

-Me quieres coger como para que nunca pueda ni quiera irme ,verdad?-

Se detuvo un segundo , y quedando su mirada fija en la mía me dijo: -Quiero hacer que disfrutes-

Sonreí con resignación mientras comenzaba a desabotonarle la camisa.

Cada vez que habíamos discutido yo intentaba convencerme de que estaríamos mejor lejos, pero otra vez estaba aquí, con él , como si se tratase de una persona distinta a aquella que yo hacía desesperar o a la que en ciertos momentos me hacía pensar que despreciaba mi lado creativo, ese que yo tanto valoraba y cuidaba.

Una vez más estaba sumida en el ambiente hipnótico generado por su olor, su tacto.

Le levanté la playera blanca de debajo y lo abracé con fuerza para sentir su piel.

Se pasó al otro lado de la cama para acomodar su ropa sobre mi blusa , me acerque a la orilla y lo jale del cinturón para quitárselo, soltó los broches del pantalón y lo deslizo por sus muslos , quedó visible la silueta de su pene sobre el bóxer negro, sentí el más intenso antojo y lo tomé para sacarlo , abrí la boca y lo introduje hasta mi garganta, como a él le gustaba; no sentía nada más que placer , muy intenso, me sentía afortunada de poderlo tener en mi boca , poner mis labios al rededor del glande y deslizar mi lengua sobre la punta.

Me detuvo y me desnudó por completo, comenzó a acariciar mis labios

-Enséñame como tocarte - me dijo.

Tome sus dedos y los guíe a movimientos circulares sobre mi clitoris , comencé a gemir sin parar, se sentó al lado de mi mientras continuaba penetrandome con los dedos, cada vez con mayor frecuencia , mi boca fue directo a su glande , comenzó a besar mi abdomen y yo su cadera. Casi no podía regular el volumen de mis gemidos …

-Supongo que este lugar también tiene muros que evitan que se escuche hacia afuera- comenté

-Te importa?- me preguntó

-No, pero creí que a ti si-

A veces parecía tan conservador que hubiera deseado verlo algún día más instintivo, más sensible, solo un poquito más como yo.

Negó con la cabeza sonriéndome y se levantó para tomar el preservativo del buró, se lo puso, volvió a recostarse boca arriba y lo monté, tomó impulso con la cadera y me hizo saltar , por momentos dirigía el ritmo tomándome del cuello con ambas manos o de los pechos.

Terminamos recostados sobre la cama, él boca arriba y yo sobre su cintura con mis muslos uno a cada lado, nos acariciamos con cuidado y delicadeza.

Deslicé mis dedos desde uno de sus brazos hasta sus costillas pasando por su pecho, su piel blanca, tersa, notablemente cuidada me causaba fascinación.

-Me encantan tus caricias-

-Te las haría cuando quisieras, sin compromiso, sin condiciones ,sin dinero de por medio- respondí

Durante un rato más hablamos de nosotros, solo de nosotros… dentro de sesenta minutos volveríamos a la cotidianidad de nuestras vidas por separado, tan diferentes y sin puntos de encuentro.

Juro que en ese momento tuve la sensación de que no existía nadie más en el mundo, solo estaban mis infinitas ganas de vernos juntos, de serle leal, de pertenecerle de aquí hasta que me muriera y de comerme las comisuras de sus labios con la misma pasión que me generaba infinitas veces más.

Es tan difícil de explicar en qué punto estaba, cómo pude pasar de la ira absoluta hacia él tras tantas discusiones a no poder dejar de ver en el espejo del elevador lo armónicos que quedábamos juntos: estaturas similares, complexiones similares, fantasías complementarias… realidades diferentes.

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